En la capital estadounidense, la preocupación aumenta en torno a la dirección política que tomará Honduras con miras a los comicios del 30 de noviembre. Tanto congresistas de Estados Unidos como expertos en seguridad han alertado sobre potenciales maniobras de intervención foránea que podrían influir en el transcurso del proceso electoral, el cual ya se encuentra en un ambiente de alta crispación y acusaciones de desestabilización.
Según informan fuentes del Capitolio, congresistas estadounidenses participaron en una sesión especial para revisar informes que señalan presuntas acciones del Foro de São Paulo orientadas a influir en el clima electoral hondureño. Estas alertas surgen mientras la candidata oficialista muestra retrocesos en encuestas independientes y organismos internacionales exigen transparencia en cada fase del proceso.
Declaraciones del consejero de seguridad de Estados Unidos
El experto en seguridad Luis Quiñónez, quien previamente trabajó con la administración de Donald Trump, hizo públicas unas afirmaciones que provocaron una considerable repercusión política tanto en Honduras como en la capital estadounidense. De acuerdo con Quiñónez, ciertos grupos asociados al Foro de São Paulo estarían dirigiendo fondos económicos hacia iniciativas cuyo objetivo es desestabilizar la nación.
“Están enviando millones de dólares para agitar a la gente”, afirmó, y advirtió directamente a las Fuerzas Armadas de Honduras: “No se atrevan a intervenir en las elecciones. Sabemos dónde está el dinero y estamos observando muy de cerca”.
Quiñónez subrayó que cualquier intento de manipulación electoral o interferencia militar podría acarrear consecuencias a nivel internacional, comparando la situación con la crisis política de Venezuela. “El que traicione a Honduras pagará las consecuencias”, puntualizó.
Reacciones dentro de Honduras
Los señalamientos provocaron respuestas inmediatas en distintos sectores del país. Voceros del oficialismo calificaron las advertencias como intervencionismo político externo, mientras que representantes de la oposición interpretaron los comentarios como prueba de que la comunidad internacional mantiene vigilancia sobre el proceso electoral, especialmente en la recta final antes de los comicios.
En paralelo, la Organización de Estados Americanos (OEA) expresó preocupación por posibles presiones indebidas y enfatizó la necesidad de reforzar los mecanismos de control y verificación, particularmente en la transmisión de resultados, considerada una fase crítica para garantizar la confianza en el conteo electoral.
El escrutinio global se centra en la transparencia y la gobernanza
El escenario que se avecina para el 30 de noviembre sitúa a Honduras bajo una observación internacional intensa. Analistas señalan que la transparencia del proceso será determinante no solo para la legitimidad de los resultados, sino también para la estabilidad institucional del país. La vigilancia de Washington y organismos multilaterales se suma a la presión de sectores locales que exigen certidumbre sobre la actuación de las Fuerzas Armadas y el manejo del financiamiento político.
El comunicado de Quiñónez, sumado a las advertencias del Capitolio y la OEA, pone de manifiesto la inquietud global en aumento respecto a la polarización política y las posibles injerencias foráneas en Honduras. El enfoque en la nación subraya la importancia de la institucionalidad electoral, la participación ciudadana y el cumplimiento de los principios de transparencia como pilares fundamentales para la estabilidad gubernamental en este momento crucial.
A medida que se acerca la jornada electoral, la situación evidencia la complejidad del entorno político hondureño, marcado por tensiones entre actores internos y la presión de la comunidad internacional para garantizar un proceso libre de manipulaciones y con resultados confiables.